Windy City 04 – Play Along

Qué suerte tengo de poder amar y ser amada sin esfuerzo.

¿Viajará con nosotros?

Vuelvo a encontrar a Isaiah, esperando ver en su cara una expresión de horror igual a la mía, pero se queda ahí de pie, con las manos en los bolsillos y una sonrisa de mierda en la cara.

Él sabe tan bien como yo que decir simplemente que estamos casados no va a ser suficiente. Ahora, con ojos constantes sobre nosotros, vamos a tener que fingir todo esto.

Vuelvo a tomar la mano de Kai para terminar nuestro estiramiento previo al partido, pero él la aparta de mi alcance, empujando el plato de papel hacia mí.

―Ya lo escuchaste. No voy a ser la razón por la que mi cuñada se desmaye.

―No me acabas de llamar así.

Su sonrisa traviesa se parece mucho a la de su hermano

―Come ―dice Isaiah, dirigido a mí.

Miro al otro Rhodes, demasiado alto.

―Te dije que estoy bien...

―Cómete el maldito sándwich, Kenny. Parece que te vas a desmayar. ―Se gira hacia su hermano―. Lleva aquí todo el día y no para de trabajar. No dejes que trabaje más en ti hasta que coma.

Kai suelta una carcajada mientras su hermano se aleja y me deja con un sándwich casero y órdenes muy estrictas

Isaiah: Nos vemos en el baño de mujeres de la sede del club.

Yo: ¿Por qué ahí?

Isaiah: Es donde nos conocimos. Estoy siendo romántico.

Yo: Deberías dejar de usar mi baño.

Isaiah: Pero está mucho más limpio que el nuestro

Isaiah: Nos vemos en el baño de mujeres de la sede del club.

Yo: ¿Por qué ahí?

Isaiah: Es donde nos conocimos. Estoy siendo romántico.

Yo: Deberías dejar de usar mi baño.

Isaiah: Pero está mucho más limpio que el nuestro

Yo: Ken, necesito que me contestes.

No lo hace.

Yo: Te llamaré señora Rhodes delante de todo el equipo si no me respondes al mensaje.

La respuesta es instantánea.

Kenny: No te atrevas.

Yo: Ahí está mi esposa.

Kenny: Qué desagradable.

Yo: ¿Estás en casa?

Yo: ¿Estás en casa?

Monty: ¿Quién pregunta?

Yo: Yo lo hago.

Monty: Si digo que sí, ¿vas a aparecer sin invitación y recordarme que estoy a punto de emparentar contigo porque tu hermano y mi hija se van a casar?

Yo: Por relación, ahora soy básicamente tu yerno. Qué emocionante para ti.

―Conocí a Kennedy en esa misma fecha hace tres años. No sé si te lo conté alguna vez.

―No lo hiciste.

―Casualmente me casé con ella en la misma fecha.

Su sonrisa es pequeña pero comprensiva. De la misma manera que Max fue enviado para nosotros, tengo la misma creencia sobre mi nueva esposa.

―Bien ―cede―. Te traeré el anillo de mamá.

¿Qué clase de suerte en Las Vegas es esa?

Sonrío con él.

―Bueno, técnicamente era domingo por la mañana.

Deja de reír.

―¿Domingo?

―Nos casamos el domingo.

―Oh.